viernes, 15 de abril de 2011

Cèsar A. Vallejo. Siempre presente!

In memorian a los  72 años de desaparición física del Poéta Universal. Un documento publicado en Marzo del 2008

Un viernes santo de 1939, en la ciudad de Paris, precisamente el 15 de abril deja de existir el poeta Cèsar A. Vallejo y parte a la posteridad para vivir eternamente en nuestros recuerdos a traves de sus escritos literarios.
Los andes de Santiago de Chuco, en la regiòn andina de la Libertad-Perù, son los testigos del nacimiento del grande poeta. Un 16 de marzo de 1892. quièn a podido imaginar, que esta tierra diera el sustento materno de los primeros años de un hombre extraordinario y genial de la literatura latinoamericana.
Vallejo describe con grande genialidad, el sufrimiento del hombre y su reclamo infinito al creador del universo, cuando dice: cualquiera que sea la causa que tenga que defender ante Dios màs alla de la muerte, tengo un defensor: Dios” mensaje dictado a su esposa antes de morir. O tambièn en el poema. Los dados eternos.

Dios mio si tu hubieras  sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
 pero tù, que  estuviste siempre bièn,
 no sientes nada de tu creaciòn.
!Y el hombre sì te sufre: el Dios es èl!”

Vallejo es indudablemente un  poeta muy original en la lengua española y la narrativa de las vivencias del hombre andino, como se puede leer en el Tungsteno (1931) y fabla salvaje (1925).
Es meritorio los estudios de cada palabra de Vallejo por la Universidad de Florencia (Firenze-Italia), demostrando que en el binomio vida-muerte, gana la palabra vida, y en el binomio alegria -dolor, gana la palabra alegria, definiendolo como un poeta de la vida y la alegria, pero al mismo tiempo evidenciando el dolor humano.
Vallejo nace en un lugar y una cuna muy humilde de la hoy provincia de Santiago de Chuco y descanza en paz, junto a grandes hombres de las letras, las artes y las ciencias, en el cementerio màs costoso y famoso del mundo. El cementerio Montpamasse, en la ciudad rica de Parìs en Francia.Todo esto se deve Gracias a su gentil y noble esposa Georgette.
Vallejo pertenece a nuestra identidad latinoamericana e inmigrante, de los andes a Trujillo, luego Lima y despuès Parìs; cuàntos? de nosotros somos sìmilares a èl en el sufrimiento  identificandonos con los golpes de la vida de los Heraldos Negros y los dados eternos, que a fuerza de rodar en busca de trabajo, nos encontramos ya envejecidos por la desaventura, legalmente ante la questura y clandestinamente sin seguridad, ni derechos ante la explotaciòn del hombre por el hombre.
Publicado en América Hoy Milán 23.03.2008
                                                                                                 Eleuterio Ruìz

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