jueves, 10 de septiembre de 2009

Colf y Badantes inicia Regularización

Después de tantos años de larga espera , viviendo en la sombra de la clandestinidad, sin protección alguna, sujetas al mercado libre del trabajo al negro y a la oferta de trabajo si quieres o lo dejas o cortesmente si te conviene. Llega la ansiada y esperada regularización sólo para una parte de trabajadores, que se dedícan mayormente a la asistencia familiar (Colf) y al cuidado de ancianos, personas enfermas y minusvalidos, reconocidas con el termino italiano de Badante .


Nos preguntamos. Cuánta paciencia se requiere para ser badante?. Es imposible medir los sentimientos, al mismo tiempo las necesidades, el sufrimiento y el dolor de quien asiste y el anciano o minusvalido a quien se cuida y ayuda a sobrellevar el peso de su larga existencia, muchos con una larga enfermedad y otros con una lenta agonía.

Sin embargo existe más que el sentido de la necesidad de un salario, el sentido de humanidad, cuando se dá la mano al enfermo ó se lleva de la mano al anciano a dar un paseo o lo ayudan en las necesidades más íntimas de su persona.Cuantas son venidas de lejos, de otros continentes, para abrir la ventana cada mañana y hacer ver el nuevo día al enfermo o al anciano. Son las compañeras de todos los días por la ausencia familiar.

Ancianos que han dado todo para sus hijos y para vivir sin ellos, vivir junto a una desconocida talvés de otro color y otro idioma; sin embargo pronta a todo, a satisfacer sus necesidades biológicas necesarias y la compañia y el calor humano necesario para seguir viviendo. Son las que sustituyen el afecto que falta de la familia y son las últimas en ver el fín de su existencia.

No es un privilegio su regularización, es el justo reconocimiento al tiempo transcurrido en ayuda y sostén de la grande población de ancianos, minusválidos y enfermos, que tiene italia; es la toma de conciencia de la imposibilidad de aplicar el reato de clandestinidad, teniendo como complices a quienes han aportado con sus mejores años al desarrollo y bienestar del país y ahora son imposibilitados por los mismos años, estando al cuidado y atención de las badanti extranjeras sin ley alguna.

Cuantas veces de andar y venir, de preguntar, de esperar, de escuchar, de hablar con la persona a quien se ayuda, de solicitar legalizar su situación, de ver los modos como justificar la residencia, en algunos casos como pagarse uno mismo los impuestos a fín de ser regularizada. Cuanto tiempo hay que esperar y a cuantos santos encomendar sus bendiciones para obtener en algún tiempo incierto una tarjeta escrita Permesso di soggiorno. Mientras tanto la vida continúa con amor y grande sacrificio al servicio de la familia, de los niños, de los enfermos, de hombres y mujeres que duplican y triplican los años de quien lo asiste.

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