Con mayor presencia en Milán y Roma, desempeñando trabajos que los mismos italianos no lo prefieren. Sin embargo se dice, se escribe y comenta, que tenemos dificultades de convivencia y de integración social, de no respetar las reglas del buen vivir y las leyes italianas. Es posible que todo esto suceda al inicio, y se prolungue en el tiempo, por el shock cultural del país de origen, por el arraigo de la tradiciones culturales, la libertad de expresiones festivas y religiosas, el ambiente de trabajo y el espacio habitativo.
La vida de inmigrante no es fácil, cuando no se tiene familiares de sostén, amistades conocidas que nos ayuden, un desafio por sobrevivir!; la busqueda del trabajo es obligado, que cada día se ve más escaso; de todo esto se tiene la necesidad de aceptar trabajos mal pagados, clandestinos e ilegales.
A pesar de todo no debemos olvidar!, que sin lon inmigrantes las empresas y familias italianas, se quedarían sin personal y los ancianos sin pago de sus pensiones.
Si bien cierto integrarse no es muy fácil, tampoco es imposible; basta la buena voluntad de cada individuo, de aprender el idioma, de participar en asociaciones que trabajan en relación con otras similares italianas, y ser partícipes de las diferentes actividades que realizan, a respetar los usos y costumbres del país que nos acoge y algo más que todo, no olvidarnos jamás de nuestros origenes y tradiciones.
Entradas
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrar