sábado, 8 de enero de 2011

José María Arguedas. I centenario de su nacimiento

Cuanta tinta a corrido de sus manos, en aquellas hojas de papel escribiendo vivencias y experiencias, dejando a la posteridad una imágen fotográfica del Perú andino.

Miles de palabras se plasmaron en sus libros para construir y tener una idea real del Perú, en una dimensión de conflictos sociales, políticos y humanos. Sin embargo pensó, para que sirve todo! parece todo un tiempo perdido.

Su vida había acumulado frustraciones, amarguras y sufrimientos , demasiado cruel e imposible soportarlo.

Había vivido una infancia de incompresión cruel y despiadada por la diferencia social y económica que encarnaba sus padres y la expresión de desprecio hacia el indio. Conoció en vivo la comunidad andina, con otro lenguaje, el quecha, con otras dimensiones de concebir la existencia humana.

Su adolescencia y madurez de su vida lo supo atravesar con dignidad lo demuestran sus escritos y lo dicen los críticos, que a pesar de haber pasado el tiempo aún es vigente los estudios a sus obras e ideales.

Ha vivído la experiencia de la desastrosa y desgarradora depresión y la ansiedad que hace llamar la muerte que en la fiebre de sus pesadillas se enfrento a ella, porque era demasiado, y esto a la vida no lo pudo perdonar. Y entonces … fue la rabia que lo hizo decidir enfrentar a la vida infame y con desprecio decidio la muerte.

Salió! entro de nuevo en aquella abitación, se miro a si mismo y cogió la pistola cargo los cartuchos se apunto a la cien y apreto el gatillo.

Sus vivencias lo permitieron escribir la cosmovisión andina, a traves de sus personajes en sus cuentos y narraciones, dando forma a la injusticia vivida en la propia piel, la misma que lo conduce a un fin de protagonista y no acepta la rendición del enemigo y termina el 02 de diciembre de 1969.

A sus 49 años deja sus obras literarias destinadas a propagarse por el mundo a ser motivo de discusión de la vida de las comunidades andinas y a ser un punto de referencia de las nuevas generaciones juveniles de una realidad vista e ignorada.

Arguedas a sabido narrarnos con claridad la vida y costumbres del hombre andino que al leerlo nos hace revivir la historia en la lucha con adversarios poderosos. Era conciente de su mensaje, porque en fin de cuentas era el dominio del poder político en sus varias formas.

Al primer centenario de su nacimiento, nos demuestra que no ha nacido, ni ha vivido en vano, su obra es inmortal, que vivirá en la historia, la literatura y la realidad de un pueblo que lo supo acoger en su propio seno con un lenguaje diferente. Vive en la mente juvenil de los estudiantes, en la conciencia de los intelectuales en el vasto territorio del Perú y más alla de sus fornteras. Sabemos se recordará al escritor y antropólogo con estima y grande respeto que el Perú no lo reconocio en vida.

Su memoria será recordada, con ceremonias especiales y a propósito recordemos lo que Arguedas escribió en su último diario “Me gustan, hermanos, las ceremonias honradas. No las fantochadas del carajo”

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