jueves, 9 de febrero de 2012

Marcha por el agua, la tierra y la vida

Quien a vivido en los andes, sabe que después de las lluvias de marzo, hay que ir a reparar las asequias destruidas por el período invernal; en Santiago de Chuco se llama “república”, al trabajo comunal que consiste en juntarse cientos de campesinos en las partes más altas de la cordillera, del cual nacen los rios y  de allí parte el desvio del agua en la acequia  grande, la misma que recorre como una serpentina al pie de los cerros, hasta llegar a nutrir y dar vida a los cultivos en todo el valle que compone la cuenca hidrográfica de  la zona. Al llamado de la “república”, los campesinos uno a uno, van sumando hasta llegar a cientos en una marcha de enstusiasmo, al trabajo colectivo, en un día infinito, hasta culminar en la plaza central del pueblo, a festejar la llegada del agua y recibir el turno del uso de la misma a cada uno, según la dimensión de sus cultivos. El agua hará producir la tierra, el agua es vida!

De manera similar campesinos hombres y mujeres de Cajamarca, emprenden la marcha desde donde se ha resquebrajado el equilibrio agua sana y tierra libre. La marcha por la república del agua hasta llegar a la plaza de armas de Lima capital del Perú. Si bien cierto el suelo superficial de 20 cm pertenece al campesino el subsuelo pertenece al estado que decide el uso en beneficio de los mismos o que por intereses económicos deja de ser del Perú y pasa a usufructo de las grandes transnacionales caso concreto las mineras de Yanacocha en la Región de Cajamarca sierra norte del Perú.

La marcha se justifica y no es de pocos si no tan igual a las faenas del agua en toda la región andina, los campesinos que viven en los andes y ven el agua contaminada por los relaves mineros, se preocupan, se conmueven, reflexionan y entre la decisión de haber optado de votar por el Presidente Ollanta Humala viajan  a Lima a decirle que la verdad no es facil come se dice, si no más bien difícil como se vive!. Señor Presidente! Ud. No puede ser ajeno a la verdad, Ud. Es conciente de la cruel realidad y en sus manos esta el destino del campesino andino, del indígena del amazonas y la gente de la costa que tal vez ignoran de beber el agua ya contaminada.

No es pedir mucho, un estudio ambiental veráz y concreto y si es necesario el beneficio de los recursos mineros del Perú, deve ser proporcional al futuro de la vida de la vida campesina y el entorno que lo rodea de la flora y la fauna. ¿Cuál paisaje dejamos a nuestras generaciones futuras?, ¿de cuál progreso podemos contar y asegurar el futuro a nuestros hijos?. No puede ser posible un futuro de montañas y lagunas muertas de relaves, de riachuelos con óxido y falta de vida, de campesinos con tierras áridas y contaminadas, de socavones profundos que emanan minerales que terminan la vida. El futuro no puede ser un film de horror de niños, jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres, buscando en el desmonte pedazos de mineral para pagar unos años más de corta existencia.

Cajamarca y los andes del Perú, pueden pagar más del rescate de Atahualpa de dos cuartos de plata y uno de oro, pero no a costa de la vida. Todo al contrario del siglo XVI, hoy a cambio de progreso paulatino del Perú, de la gente que allí vive y allí se queda, se pretende una política hidríca de protección del agua desde las cabeceras de cuenca, como reconocimiento a un derecho ambiental y de la vida. Si los estudios ambientales demuestran vulnerabilidad en el ecosistema, nada más y nada menos declarar su intangibilidad y basta.

Hoy se aclama en las calles y en las plazas “La mineria formal e informal esta contaminando las aguas y la vida de los peruanos esta en riesgo”. Una onda que resuena en el continente y se propaga en el mundo donde late un corazón peruano, que despierta conciencias de adhesión a la marcha y a pensar que será del Perú, el agua y demás recursos?

La marcha del agua, muestra un movimiento, que puede desencadenar otros más grandes, entonces es oportuno iniciar una nueva etapa de revisión de todos los proyectos mineros, adecuar a la realidad del los estudios de impacto ambiental y desde allí priorizar el desarrollo macroregional del país, con participación ciudadana e inclusión social; es decir desde allí retomar la confianza y credibilidad de los campesinos marginados, que optarón por un cambio de gobierno a su medida y sus espectativas. Creyerón cerrar una etapa de gobiernos que beneficiarón al saqueo, de estudios ambientales a favor de las mineras que considerarón a los campesinos como perros del hortelano y sin criterios para preocuparse por el agua.

Hoy la marcha no representa un chantaje al gobierno más bien hacerle recordar que no se deve doblegar ante los intereses de capital, tampoco al caudillismo regional, más bien la oportunidad de retomar  los causes fructiferos del campesino, de hacer producir la tierra y garantizar a todos el agua, porque el agua es vida para todos.

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