Hoy es un espléndido día y aprovecho el sol para ir al
parque Alfa Romeo, un oasis de naturaleza en la ciudad de Milán. Es un lugar
hermoso en cualquier época del año, pero hoy, que es un día de invierno con una
temperatura de menos dos grados, tiene un encanto especial. El lago artificial
se encuentra casi congelado, solo la parte donde llega el sol se descongela
para dar vida y espacio a los patos que abundan en el lugar. La gente, aunque
muy poca, va y viene, disfrutando del paisaje y el aire fresco.
En primavera, el parque se transforma y se viste de verde,
con un colorido de plantas y flores que alegran la vista. Es un espacio para
reposar la mente, dar tranquilidad al corazón y permitir a los pulmones
respirar un aire más saludable.
El parque Alfa Romeo es un espacio verde creado sobre el
antiguo terreno de la fábrica de automóviles del mismo nombre. Fue diseñado por
el arquitecto Andreas Kipar y el artista Charles Jencks, quienes se inspiraron
en el cercano parque Monte Stella, que tiene dos colinas artificiales formadas
por escombros y que reproducen las formas del círculo y la espiral.
El parque tiene tres esculturas verdes, llamadas Mound1,
Mound2 y Mound3, que representan las diferentes etapas del tiempo: la
prehistoria, la historia y el presente. Además, tiene el jardín llamado Time
Garden, que simboliza el tiempo individual. El parque forma parte del sistema
de rutas ciclistas y peatonales llamadas Raggi Verdi, que conectan el centro de
Milán con las afueras de la ciudad.
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