sábado, 5 de diciembre de 2009

Carta a mamá Cristina


Para los años que tengo, son muy pocos de nuestra corta existencia, pero al mismo tiempo son muchos de la distancia que nos separa y de esta eternidad infinita de no verte, tengo en mi memoria y en lo màs misterioso del corazòn los recuerdos de la vida que me diste, la ternura de tus caricias y el calor de tus abrazos. Como fui creciendo, me enseñaste el amor, respeto y cariño a los demàs; fuì el compañero infantil de tu Juventud y la alegria de tu existencia, alla en la lejana tierra de los andes Liberteños. Vibran en todos mis sentidos, tus canciones y los colores de danzante que me vestìas en las fiestas patronales. El tiempo no se detiene, continua; nos encontramos de pronto entre bosques y rios, de las tierras nor orientales del Marañòn, de la regiòn Amazonas, entre aguajes y pijuayos, tucanes y papagayos, maizales y platanales, yuca, cafè, cacao, sajinos y majases, boquichicos, carachamas y danzas, entre huarapo y masato con los aguarunas y huambisas de Imaza y Condorcanqui.

Y como un despertar hoy me encuentro en Italia y a la madurez de los años me doy cuenta, cuanto tiempo he perdido, en no escribirte màs continuamente, en no aprovechar el tiempo de escucharte, en no saborear los platos que preparabas cuando me llamabas a cenar. A la distancia y el tiempo te digo que me haces muchisima falta.

No te preocupes, por ahora estoy bien, en una sociedad de cambios repentinos y de futuros inciertos, de incomprensiòn y falta de sensibiliadad humana a nuestra pobreza. He tenido la oportunidad despuès de una larga espera tener el permiso de estadìa por dos años que vence en setiembre y la necesidad de mano de obra de la empresa que me ha contratado a tiempo determinado; te cuento que el espejismo de un paìs rico lleno de oportunidades, nos ha traido a gente de todos los paises pobres del mundo, de europa del este, Amèrica latina y el Africa, pero la realidad incierta llena de ilegalidad es dañino para nuestra seguridad y nuestro futuro sin horizontes, que se ve nublado por la escasez del trabajo y si existe es a costos de sopravivencia, que no nos permite ayudar al sustento de nuestras familias en nuestros paises de procedencia.


Estas presente en mis sueños y en mi pensamiento al ver el nuevo dìa, el azul del firmamento, el verdor de los jardines y sobre todo en el màgico aroma y colorido de las flores, que embriagan todos mis sentidos, haciendome reflejar tus alegrias y la dulce melodia de tu voz al hablar con tus hijos, hoy ausentes. Quiero decirte con mucho cariño, que tu existencia es la mia, unidos por lazos invisibles del grande amor maternal y divino, bien lo sabes que hasta Jesùs antes de ser èl, fuè primero Maria, a quienes las madres elevan sus plegarias que protejan y cuiden a sus hijos ausentes.


El tiempo se acerca y la distancia se acorta, tengo ya comprado el pasaje de retorno y nuestro encuentro serà maravilloso, verè las huellas del tiempo, que te ha dejado de tanto esperarme, serà el silencio a decirlo todo y las flores que rodean tu presencia, clara muestra de tu real y eterna existencia.

Gracias a tì, por averme dado la vida, gracias a Dios por el milagro de nuestra existencia, gracias a todos por el testimonio de nuestra presencia.


Tu hijo ausente en tu corazòn y pensamiento siempre presente.

Eleuterio
Escrito el 30 de abril 2008
Publicado en homenaje al día de su nacimiento de Cristina.

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